Esmaltes de ceniza
Cuando me levanto y abro los ojos, tengo una claridad mental increíble. Mis ideas suelen aclararse y refinarse en las primeras horas del día. Así fue como llegó la ilusión de experimentar con este material.
Tanta construcción en el pueblo, muchas veces deja como resultado arboles cortados, de tal forma que terminé con varias piezas de pochote en casa. Hace un par de meses que estaban en el corredor en proceso de secado, esperando convertirse en algo útil para mi hogar.…cuando una madrugada me llegó: tengo que intentar hacer un esmalte de ceniza.
La primera vez que oí sobre esto fue en la universidad, algo por encima, de boca de mi profesora y luego en las páginas de algún libro recomendado. Recuerdo vagamente también la historia de otra alumna, que intentó hacer un esmalte con cenizas óseas de su perro fallecido. Qué significativo.
Pues manos a la obra, primer paso: quemar la madera, listo. Paso número dos: recoger las migajas de ceniza. En este primer intento recogí 391 grs, a los que les estoy sacando el jugo de una manera impresionante. Decidí no lavarla (sería un sacrilegio en mi opinión), pero sí es cierto que maltrata la piel.
Estoy buscando acabados mates y terrosos para mi próxima colección. La investigación va por buen camino. He estado experimentando con el método triaxial varios componentes.
Qué alegría poder inventar, que emoción poder convertir la inspiración en un material de trabajo. Esto cada vez, se va poniendo más interesante.